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sábado, 30 de mayo de 2009

Drogas, Forbes y leyes…

por Jaime Güemes

Master IPADE 2008-2010


Que Forbes incluya a Joaquín Guzmán Loera no me sorprende; lo que me sorprende es que “El Chapo”, uno de los zares de la droga, aparezca tan abajo, después del sitio 701 –rodeado de otras 100 personas que, según Forbes, tienen alrededor de 1 billón de dólares, o mil millones, para los que usamos bien el español. “El Chapo” está entre otros viejos conocidos de la sociedad mexicana, como Alfredo Harp Helú, y Emilio Azcarraga Jean.

Las estimaciones de Forbes se basan en el desempeño de los negocios, las empresas y los mercados. En el caso del uso de drogas prohibidas y abuso de las legales, se habla de un mercado de 64 mil millones de dólares anuales sólo en los Estados Unidos –el principal mercado consumidor del mundo. Durante el año pasado, “El Chapo” debió haber cobrado un quinto de los ingresos totales por tráfico de droga a los EEUU que, según la publicación, estuvieron entre 18 y 39 mil millones de USD. Y el solo recuento del 2008 le vale a Guzmán Loera su entrada al exclusivísimo club. Sin embargo, si su grupo ha controlado entre un tercio y la mitad de la distribución desde México durante la presente década, en este momento las cuentas del “Chapo” deben valer hasta casi diez veces lo que Forbes estima.

Es decir, y para seguir en el mundo de las estimaciones, imaginemos que el Cártel de Sinaloa ha recibido rendimientos por los recursos lavados o invertidos iguales a los “gastos administrativos” que ha tenido que pagar, lo que le ha significado que sus utilidades brutas asciendan a unos 10 mil millones de los verdes durante los pasados diez años. Eso quiere decir que el erario mexicano dejó de percibir alrededor de 3 mil millones durante dicho periodo, equivalente a .34% del Producto Interno Bruto del 2008. Un monto significativo para una sola empresa (y esto sin considerar impuestos al consumo y otro tipo de gravámenes). Lo que nos hace pensar en la recién aprobada Ley de drogas la cual permite el portar pocos gramos de diferentes tipos drogas.

Especialmente, si recordamos que México tiene el nivel de recaudación impositiva más bajo de Latinoamérica y uno de los más bajos del mundo. Si esto no prende ninguna luz, entonces valdría la pena tomar el ingreso agregado de todas las empresas que introducen drogas a EEUU desde México: según el Departamento de Estado de EEUU, alrededor del 90% de la cocaína que se trafica desde Sudamérica (90% procedente de Colombia) es negocio de los cárteles mexicanos.

No puedo dejar de tener reservas sobre la lucha internacional contra el narcotráfico. Honestamente, crecí considerándola un teatro de mascaradas en el que uno sólo puede imaginarse lo que realmente sucede tras el telón

Y es que el costo de oportunidad de mantener informal este mercado es probablemente el más grande que México haya experimentado en su historia. Fuentes oficiales señalan que en el 2008 hubo más de 5,000 muertes relacionadas directamente al narcotráfico, el doble que en el 2007. Claramente, esta cifra tiene una tendencia ascendente: en los primeros dos meses del 2009, se rebasaron las 1,000 víctimas. Adicionalmente, las pérdidas económicas indirectas y el efecto en el desarrollo de mediano y largo plazo del país deben ser altísimos y crecientes en un momento en que la percepción sobre la seguridad en México está por los suelos.

En los meses pasados, el presidente de México Felipe Calderón hizo declaraciones referentes a la lucha contra el narco para las cuales la inclusión de “El Chapo” en la lista de Forbes fue como leña al fuego. Ante representantes de potenciales inversionistas extranjeros dijo que “si ven salir polvo por la ventana es que hemos limpiado la casa”. Después declaró que México vive una campaña de desacreditación internacional. Washington se apresuró a afirmar que desde el norte no existe tal campaña. Algunos de los señalamientos de Calderón suenan evidentes a estas alturas. Aunque el estado de las cosas dista mucho de tener la casa limpia es cierto que algo está pasando en el país. El status quo se rompió hace algunos años y de esto más de 10,000 muertes relacionadas con el narcotráfico en lo que va de la presente administración ES una evidencia irrefutable (especialmente cuando hablamos que estos son números oficiales que la experiencia nos dice suelen estar por debajo de la realidad). Aunque afirmar que México es víctima de una estrategia de desacreditación suena inocente –la situación habla por sí sola sin ayuda del exterior.

También más adecuado y oportuno que nunca es un debate formal fuera del amarillismo y los falsos golpes de pecho sobre la legalización de (algunas) drogas. Ya se ha hablado de porqués en términos de desarrollo económico, aunado a los costos de una lucha que, cuando parece cierta, parece pérdida o en el mejor de los casos parece dificil. Es cierto que legalizar no es la panacea. Hablemos de los costos en seguridad social por un posible incremento en adictos, hablemos del incremento en otras fuentes de violencia (como la intrafamiliar), de los costos en legislación y regulación (¿drogramímetro en cada esquina después de salir del antro?), hablemos incluso de la oposición violenta de la medida de los actuales zares de la droga. Sin embargo, la legalización permite institucionalizar (y, en el mejor de los casos, universalizar) costos y beneficios. E.g., el impuesto sobre el consumo del tabaco, que alcanza más del 100% en algunos países, provee de recursos (idealmente) para el sector salud para cubrir los efectos negativos del mismo; posibilidad que las drogas ilegales no presentan.

Aunque la oportunidad es significativamente mayor para la marihuana, todavía existen muchos peces gordos que desde el sistema no se beneficiarían con la medida (la historia está plagada de casos de menor nivel, pero educativos, como la Época de la Prohibición del alcohol en los EEUU en los años 20s). De hecho, me parece más probable que “El Chapo” haga llegar una carta de queja al director de Forbes por haber sido relegado a tan bajo puesto.

2 comentarios:

  1. Me gustaría compartir unos puntos sobre esta entrada. Por cuestiones limitaciones de caracteres dividiré el comentario en 2 No me meteré al cálculo de los supuestos (porque son justamente eso, supuestos y no basados en información concreta, sino en supuestos muy generales) ingresos que tendría el gobierno por la recaudación de impuestos ya que no se hace un aproximado de los costos identificados en el artículo que traería al país el legalizar las drogas. En vez de esto quiero comentar ciertos puntos que espero puedan servir de reflexión.

    • ¿Se asume simplemente que los narcotraficantes pagarán felizmente el 34% de impuestos al estado, cuando han vivido en la ilegalidad tanto tiempo y cuando el estado todavía no puede hacer que empresas con giros legales lo hagan?
    • Se habla del nivel tan bajo de recaudación que tiene el país, y es muy cierto. Pero la propuesta de legalizar las drogas como panacea a este problema… ¿Vivimos en un mundo de matemáticas donde 2 negativos hacen un positivo?
    • Y hablando de ingresos y costos, sería interesante proyectar las represalias que tendría Estados Unidos contra el país si las drogas se legalizaran en cuanto a flujo de personas, tratados de comercio, etc. ¿Cómo afectaría a nuestras industrias que exportan, siendo por mucho EUA nuestro socio principal? ¿Cómo sería la frontera en ese caso?
    • Y de las drogas… ¿qué drogas? Se menciona “algunas” ¿Y las otras que? Siempre lo ilegal tiene mejores márgenes (rentabilidad vs riesgo). ¿Qué nos haría pensar que los cárteles no se concentrarían en las drogas más fuertes para mantener sus márgenes altos y seguir con la violencia?
    • Es importante mencionar también la diversificación de los cárteles, que va de sobornos y extorsión hasta secuestros. ¿Se espera realmente que legalizando las drogas dejen todo eso? ¿Entendemos realmente los efectos que tendría tomar tal decisión?

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  2. • Opinando en desacuerdo, no creo que es una guerra perdida ni mucho menos, ya muchos países han pasado por estas etapas, el narcotráfico es sólo una parte de la guerra general que pasa por la impunidad, la extorsión, el secuestro y sobre todo el estado de derecho en TODO el país, elemento esencial en cualquier democracia. Hay muchas personas que arriesgan su vida en esta lucha, yo personalmente no podría decirles q su lucha está perdida porque no lo creo, quien si lo crea debería poder decirles a estas personas a la cara que luchan una guerra perdía. Además, más que desprestigio del gobierno lo que hay es un temor a la inseguridad en México, pero en cuanto al gobierno ha ganado una autoridad moral sin precedentes en la lucha contra el narcotráfico. Para demostrar esto es suficiente con el hecho que por primera vez en su historia Estados Unidos haya reconocido que el problema es de ellos también en vez de calificar a los demás países en que les falta para combatir al narcotráfico. Que el congreso de EUA reconozca el daño que hacen sus armas en esta lucha y que reconozcan su responsabilidad es un gran logro que creo no se puede demeritar.
    • Por último y más importante, hablas de hacer un balance “costo - beneficio” y pones el ejemplo del cigarro y el alcohol. Los beneficios son muy claros y fáciles de identificar, impuestos recaudados por el gobierno. Por esto me quiero centrar en los costos. ¿Cómo crees que esté el balance costo-beneficio en el cigarro, con las medias que se están tomando a nivel mundial de prohibir fumar en lugares públicos. Te invito a ver las cifras del gasto que hacen los gobiernos en salud por problemas relacionados al cigarro. E infinitamente más importante, el costo de personas que mueren por causa del cigarro, los costos de la gente que muere a causa del alcoholismo, la gente que muere en accidentes relacionados con el alcohol sin que hayan tomado y la gente que se enferma por ser fumador pasivo. Necesitamos aumentar a estos “costos” los costos similares por marihuana, cocaína, heroína, LSD (no se hasta donde quieras llegar. No solo es en número concreto de muertes, también hay que medir el impacto en el deterioro de los pilares de la sociedad que causarían estas drogas, como el alcoholismo lo causa en este momento en la gente que no sabe medirse. Y así se deben de ver las cosas, no se puede esperar un “consumo responsable” de drogas una vez que se legalicen. Donde vidas y factores que puedan afectar fundamentalmente la estructura de la sociedad considero que el análisis costo-beneficio es una herramienta muy pobre, pero ya que tú la traes a la mesa me interesaría saber como asignarías un valor numérico y monetario a una vida (porque para hacer el costo beneficio es indispensable poner todo en un factor común para compararlo, siendo este en la mayoría de los casos, dinero). En conclusión el tema es mucho más que ver el costo de oportunidad de impuestos perdidos….

    PD: Buena iniciativa de abrir un foro de discusión de este tipo, las opiniones son las que nos enriquecen a todos….

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