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lunes, 10 de agosto de 2009

El reto inmediato de México: el crecimiento del PIB

por Óscar Castanedo
Master IPADE 2008-2010

Es totalmente cierto; México ha fallado en generar crecimiento y bienestar económico para todos sus habitantes. No por algo más de la mitad de los habitantes del país se encuentra en alguna de las tres clases oficiales de pobreza que existen, según el gobierno mexicano: alimentaria (no te alcanza ni para comer), de capacidades (no te alcanza para estudio y salud) y patrimonial (no te alcanza para pagar vestido, calzado y transporte; ya no hablemos de vivienda).

Cuando se habla de bienestar económico frecuentemente aparece el concepto de Producto Interno Bruto (PIB) como un indicador más o menos representativo de la riqueza producida por los habitantes de un país en específico. Según los economistas realmente sólo existen dos formas reales de incrementar el PIB:

  1. Que siempre haya más gente trabajando: Pongamos el ejemplo de un granjero que posée 90 hectáreas de terreno. Por si mismo sólo puede plantar 40 hectáreas; si contrata a un ayudante podrá plantar 40 hectáreas más, con lo que su producción se habrá doblado rápidamente. Contratar a una tercera persona permitirá plantar las 10 hectáreas restantes, pero su impacto no será el mismo que la segunda persona, lo que nos lleva a la segunda forma de incrementar el PIB.
  2. Hacer que la gente trabaje más eficientemente: Si el granjero pudiera cambiar su viejo caballo por un tractor nuevo se daría un incremento en su productividad, permitiéndole sembrar por sí solo las 90 hectáreas de terreno.

Los anteriores ejemplos nos ayudan a reconocer que nos encontramos ante un gran reto, en donde debemos incorporar establemente habitantes a la fuerza laboral del país (al ritmo de 1,200,000 empleos al año) y producir cada vez más bienes y servicios año con año utilizando cada vez menos recursos.

La opinión pública es que el gran error de México ha sido no hacer una correcta distribución de la riqueza; esta idea me genera sentimientos encontrados y me hace preguntarme ¿De qué riqueza están hablando?

Personalmente creo que para poder distribuir riqueza primero debemos empezar a generarla. México es famoso por sus recursos naturales (sus playas, sus bosques, hidrocarburos, etcétera) y el común denominador de los ciudadanos mexicanos cree que estos recursos por sí solos nos sacarán de la deplorable situación económica en la que nos encontramos. A todas las personas que creen que esto es cierto debo decirles que viven en una gran mentira: ahí está la comprobada regla de la “Maldición del Petróleo” que nos dice que ningún Estado petrolero ha logrado desarrollarse; ejemplos sobran: México, Venezuela, Rusia, Irak, Irán, etcétera.

Como siempre hay excepciones a toda regla; tenemos el caso de Noruega, que ha logrado hacer una explotación racional de su petróleo y ha utilizado ese recurso natural para producir más valor en su economía. Lo que el gobierno noruego hace con sus ingresos petroleros es depositarlos en una especie de fondo de reserva, el cual hace inversiones en todo el mundo ya sea siendo socio de empresas privadas, prestando dinero a otros países, etcétera. La diferencia entre México y Noruega es LO QUE SE HACE CON LO QUE SE TIENE: los nórdicos han optado por desarrollar una gran industria financiera a partir del uso del petróleo, nosotros hemos optado por financiar sindicatos y una estructura gubernamental inservible a todas luces. Ellos dieron el brinco a economías de servicio, nosotros seguimos atorados en una economía extractiva.

La verdad es que no busco descubrir el hilo negro ni repasar una y otra vez los grandes problemas que aquejan al país. Mi ánimo va más encausado a generar participación de todas aquellas personas que así lo deseen para que podamos llegar a soluciones concretas, ejecutables y realistas que nos ayuden a ser un mejor país.

Para generar mayor riqueza en México creo que la primer tarea a realizar es abrir por completo nuestro mercado…. ¿Más neoliberalismo, más tratados de libre comercio?... la vasta mayoría de los mexicanos cree que el Tratado de Libre Comercio ha sido un desastre para nosotros pero es un hecho irrefutable que sólo los mercados más abiertos crean la competitividad necesaria para generar riqueza y resolver el problema de la pobreza. China es un gran ejemplo de que ésta estrategia sirve: en 1990 China tenía 380 millones de habitantes en pobreza extrema, para 2015 esperan tener sólo 17 millones. ¿Magia? Nada de eso, simplemente han decidido abrirse a la competencia global y parece ser que van adelante en la carrera.

El gobierno, cómo una gran mayoría de los mexicanos (hay que ser autocríticos), hizo el trabajo “a medias”; México es un país que está medianamente abierto a la competencia internacional y realizó reformas estructurales a medias durante los años noventa y esta década.

Es fundamental que el gobierno mexicano haga reformas a fondo, específicamente en cinco áreas, para que empecemos a generar riqueza, mejorar constantemente nuestra eficiencia y finalmente poder crear el desarrollo necesario para nuestro país y lograr distribución de la riqueza.

La primera gran reforma debe venir en el poder judicial. La actual percepción de los mexicanos (y del mundo) es que México es un país inseguro, en el que la policía está coludida con la delincuencia y en el que impera la ley del más fuerte. Para generar una percepción distinta y poder atraer inversión (ya sea nacional o extranjera) esta reforma debe establecer mecanismos anticorrupción y de rendición de cuentas mucho más estrictos. Necesitamos una impartición correcta de justiciay sobre todo, necesitamos garantizar la seguridad de las personas, empresas e inversiones.

Hacer una reforma laboral es otro gran pendiente del gobierno mexicano. El mercado laboral se ve anquilosado por la dificultad de contratar y despedir gente en nuestro país; también se debe colaborar a fondo con la mayoría de los sindicatos del país y hacerles ver que si no trabajan en comunión con los empresarios pronto no habrá trabajadores que proteger.

A mi parecer hay dos grandes reformas que deben hacerse en paralelo y son la reforma fiscal y la reforma energética ya que de cada peso que el gobierno gasta, 35 centavos vienen financiados por PEMEX. La reforma fiscal debe estar enfocada a disminuir los impuestos sobre la renta, permitiendo a las empresas contratar a más mexicanos y que, al final del día, haya más dinero en nuestros bolsillos. Es vital que se grave el consumo de alimentos ya que es la única manera de generar un sistema impositivo parejo con todos los mexicanos. Podrá haber muchas voces que digan que no se debe gravar el consumo para los más pobres ya que no es justo, pero ésta es la única forma de garantizar que todo el país esté pendiente de la forma en que el gobierno gasta su dinero. Si no te cuesta no te importa.

La reforma energética causa muchas controversias. Desde que nací no he recibido un solo cheque de la paraestatal con el reparto de utilidades para accionistas (en teoría PEMEX es de todos los mexicanos); esta compañía es propiedad del Gobierno, no de los ciudadanos del país. PEMEX ha hecho que el gobierno sea comodino al momento de encontrar fuentes de ingresos y solamente ha creado dependencia gubernamental de los recursos generados por la paraestatal. A final de cuentas es una empresa mal llevada y al borde de la quiebra.

A PEMEX debe permitírsele hacerse de más recursos privados (no solo de los PIDIREGAS) para poder mejorar su infraestructura y producir productos de mayor valor agregado. Es increíble que los americanos nos vendan gas natural a precios de locura cuando aquí ese gas lo quemamos porque PEMEX no puede comprar la infraestructura necesaria para explotarlo.

Por último creo que una reforma electoral no estaría de más. No soporto ver la forma tan superflua en que los partidos políticos se gastan el dinero de los contribuyentes. Nuestro dinero no debe ser usado para comprar tiempo aire en las televisoras y radios, ni para financiar a todas aquellas compañías plastificadoras que hacen grandes negocios haciendo pancartas electorales; el dinero debe ser utilizado para educar a todos aquellos interesados en la política en carreras y maestrías de administración pública.

En general creo que estas cinco ideas nos permitirán hacer un uso racional de nuestros recursos, ser más eficientes y poder generar realmente riqueza.

Estas son algunas ideas, pero los invito a participar y a dejar sus comentarios acerca de lo leído. Lo que importa no es descalificar lo que yo pienso, si no que generemos cosas concretas. BASTA YA DE CRITICAR SIN CONSTRUIR.

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